Nos encontramos a principios de los noventa, máximo punto de rivalidad entre Nintendo y Sega. Con sus flamantes nuevas consolas de 16 bits en el mercado y el género del "yo contra el barrio" en boca de todos, no era difícil deducir que la lucha iba a ser encarnizada. Si Nintendo lo hacia con su Final Fight, Sega no sería menos y contraatacó con su espectacular Streets of Rage.
Sega contaba a sus espaldas con una gran experiencia en recreativas, y la diferencia principal que encontramos, es el modo cooperativo, ausente en Final Fight. Aunque el juego no se puede decir que tenga un gran potencial gráfico (todavía más pobre en sus ports de Master System y Game Gear), lo cubría con una espléndida jugabilidad y una banda sonora aún mejor.
Tres expolicias se abren paso a mamporros por una ciudad infestada de pandilleros, moteros y gente marginal. Cada personaje poseía sus propias caracteristicas de fuerza, salto y velocidad. Axel era el más equilibrado, pero tenía un salto bastante pobre. Adam destacaba por su fuerza, y Blaze era la más ágil pero en cambio, la fuerza, no era su fuerte. A día de hoy se sigue discutiendo sobre cual es el mejor de los tres.
Al igual que pasaba en Golden Axe, cada personaje tenía un poder que se accionaba con el botón A del pad. A diferencia de éste, en Streets of Rage tendremos un solo poder por nivel, a no ser que encontremos una carga. El poder ir recogiendo objetos con los que atacar, es otro de sus puntos a destacar. Poder luchar con palos, navajas o botellas rotas, le da un toque mucho más underground. Cabe mencionar que en el modo cooperativo, los dos personajes pueden colaborar para hacer combos de pelea mucho más potentes.
El juego se compone de ocho niveles de lo más variado. La vieja fábrica en un barrio marginal, una playa, un barco "larguiiiiiiisimo" y un edificio de oficinas son algunos de los lugares que visitaremos. Mr. X es el jefe final, y digamos no se quebraron mucho la cabeza a la hora de elaborarlo; el típico enemigo de aspecto fuerte, con un diseño más grande que el resto de individuos, y armado con una ametralladora.
Streets of Rage es un brawler para recordar. La saga murió con la Mega Drive, pero su legado sigue perdurando hasta hoy, esperando una secuela que esté a la altura. Recomendadísimo en solitario, pero mucho más con un amigo. Al no ser de excesiva duración, se convierte en el complemento perfecto para una tarde de juego nostálgico.
Saludos pixelados.
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