Aunque no lo creas, a días de hoy se sigue jugando a esta maravilla del entretenimiento lúdico. Id Software era una empresa con una dilatada experiencia en los shooters. Su primer gran trabajo comercial fue el Wolfestein 3D, juego del año 1992. Tan solo un año después, lanzó al mercado el que sería el primer título de otra grandiosa saga, el primer Doom. No contentos con haber creado dos sagas de renombre a día de hoy, en 1996, crearon una tercera saga, Quake. Pese a que había poca diferencia de tiempo entre un lanzamiento y otro, cada título incorporaba una mejora gráfica y jugable muy importante. Es por esto que Id Software es una de las empresas de videojuegos con más prestigio del mundo.
Un año después del lanzamiento del primer Quake y viendo el éxito que tuvo, lanzaron al mercado la que sería su secuela, Quake II. Un juego que aportaría mejoras técnicas, una historia que no era secuela y una ambientación de ciencia-ficción que se alejaba de la estética medieval del anterior. Pero llegamos a 1999, e Id Software dio un giro inesperado a la saga enfocándola más al multijugador que a contar una historia, nace así Quake III Arena.
Es precisamente ese subtítulo de "Arena" lo que nos puede dar una pista de como se va a desarrollar. En el modo de un jugador los niveles son zonas cerradas en las que tendremos que enfrentarnos a cierto número de enemigos para seguir avanzando. Las primeras fases son zonas con poca extensión, un número reducido de enemigos y una dificultad sencilla. Conforme vayamos ganando en las arenas, serán combates más duros, con más personajes y zonas más grandes. Hay que destacar la inteligencia artificial de los llamados bots. Los personajes controlados por la máquina tienen personalidad propia y son capaces de ponernos en serios aprietos en niveles avanzados del juego. Existen cinco niveles de dificultad independientemente de la dificultad que traiga ya de por sí un enemigo u otro. Pero es precisamente en el multijugador donde Quake III pegó más fuerte. La idea era jugar en esos mismos mapas del single player pero online o en red local. Quizás por el año en el que fue desarrollado se jugara más en red local en los famosos cibercentros; no había nada mejor que cerrar una disputa entre dos amigos que a tiros en Quake III el viernes por la tarde.
Tanto en un jugador como en el "multi", existen cuatro modos de juego. El Free for All que es el clásico todos contra todos, sálvese quién pueda. El Team Deathmatch que es el duelo por equipos, gana el equipo que más bajas haya producido. El Tournament, coloquialmente conocido como Rey de Mesa; serán enfrentamientos de 1 versus 1 y el resto mira. El perdedor pasará a ser espectador. Y por último el Capture the Flag, en el que dos equipos se enfrentarán intentando hacerse con la bandera del equipo contrario y llevarla a su base.
El juego necesitó una gráfica aceleradora 3D compatible con OpenGL. El juego se basa en la tecnología de "shaders" que es construir una textura mediante varios archivos de textos, de manera que unas capas se superponen a otras. Estas líneas de código además controlan los volúmenes de los objetos, las luces o los sonidos que producen las cosas. El cuanto al sonido hay que decir que Quake III Arena tiene soporte para dos canales de audio que se producen de la mezcla de 96 pistas en un buffer. Esto produjo un problema ya que carecía de soporte para sonido envolvente. También echaremos de menos efectos tales como el eco.
El juego se portó a varios sistemas de la época. La mejor versión para una consola doméstica fue para la Sega Dreamcast. Esto es debido a su perfecta adaptación al sistema y al elevado numero de cuadros por segundo que se consiguieron. En 2001 se lanzó al mercado el Quake III Revolution para Sony Playstation 2. Éste tuvo una campaña más orientada a las misiones. Carecía de juego online, que si traía la versión de Dreamcast. Este título aprovechó el potencial de la máquina prácticamente al máximo. La primera Xbox también tuvo su versión, pero esta vez era no oficial, ya que el código original se liberó y sumando el SDK de la consola, se consiguió un port gratuito para este sistema y exactamente igual pasó con la versión de Sony PSP.
Hemos querido rendir este pequeño homenaje a esta joya de PC, un juego que es perfectamente disfrutable y que en su opción multijugador sigue siendo una de las mejores para una tarde entre amigos en red local.
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