El mundo de las carreras automovilísticas en los videojuegos es algo que siempre a estado de moda; ¿pero como imaginar que llevar a gente de un sitio a otro siendo un taxista pudiese ser tan divertido? Sega lo hizo y entró por la puerta grande, Crazy taxi era pura adrenalina.
Lo primero que tenemos que puntualizar es que esta portada es la de la versión de Dreamcast americana, refleja mejor la temática del juego y además la caratula del juego que se comercializó en Europa es bastante sosa.
Discusiones a parte sobre portadas, ¿cual es la finalidad del juego? Muy simple, eres un taxista, y tienes que ir recogiendo gente y llevarlos donde te digan en el menor tiempo posible. Después de este planteamiento, bastante aburrido en base, tenemos que sumar que recibiremos más dinero en función al tiempo que tardemos, lo lejos que este el lugar y lo habilidosos que seamos con el taxi.
Recordemos que hablamos de un juego que fue concebido para una recreativa y que Sega, al ver el éxito que tuvo, rápidamente decidió hacer un port hacia su estupenda Dreamcast. En la recreativa, tú introducías monedas y tenías un tiempo para recoger a todas las personas que pudieses y llevarlas donde te dijeran intentando que fuese de la manera más loca posible; queríamos que nuestro nombre estuviese en la cumbre de las puntuaciones. La puntuación no era más que el dinero que íbamos acumulando conforme nos pagaban los clientes por viaje completado. La versión de consola doméstica es un poco diferente.
Primero hay que mencionar que fue un problema portarlo, ya que la placa NAOMI, que era donde corría en recreativa, cargaba la ciudad entera al tener el doble de memoria RAM que la consola. Esto se solucionó haciendo que la consola fuese cargando la ciudad a medida que nos movíamos por ella. Gracias a ello se consigue tener una experiencia de juego casi exacta al original. Se le añadieron más opciones en el menú principal del juego. El Original Mode nos mandaba a una nueva ciudad con calles zigzagueantes. El Crazy Box Mode incluía diversos minijuegos que cuando no queríamos ir por la ciudad, podíamos desconectar intentando superar nuestras propias marcas.
Comenzamos en un extremo de la ciudad y veremos al primer cliente rápidamente. Una gran flecha verde nos indica la dirección a seguir para llegar al destino. Para dejar al cliente, veremos una zona acotada y tendremos que parar encima de ella. El dinero que recibimos varía en función a la tarifa del cliente, el tiempo que tardemos y la habilidad como conductor que tengamos. Este último parámetro se refiere a saltos, derrapes o lo cerca que pasemos de los otros coches. Existen tres tipos de clientes en función al color del símbolo de dolar que tengan antes de que paremos a recogerlos. Si el cliente tiene un color rojo, el camino será más complicado, pero recibiremos más dinero; si es verde, será totalmente lo contrario, y si es amarillo será un recorrido de dificultad media.
En el modo original solo nos daban un minuto de juego. Tenemos que ir recogiendo y llevando a gente lo más rápido posible para que nos fuesen aumentando el tiempo de juego. En la versión de consola esto se amplió hasta poder elegir que fuesen un total de 10 minutos.
La ciudad podríamos decir que está ambientada en San Francisco, con bajadas pronunciadas, muchas zonas verdes y pegada al mar. No es excesivamente grande, pero si que es muy variada; además, a lo largo de la ciudad veremos publicidad real de establecimientos como Pizza Hut o KFC.
En lo que respecta a la jugabilidad, digamos que es "de volante fácil", el coche hay momentos que es inconducible, pero eso no quita que responda perfectamente; es quizás ese toque de mucho giro lo que nos salva en múltiples ocasiones de un porrazo.
Llegamos a uno de los puntos más fuertes del juego, el sonido. Hay que destacarlo por encima de todo. Los efectos sonoros no son muy importantes, pero la banda sonora que posee este Crazy Tazi es increíble. Conducir a toda leche, mientras escuchas a The Offspring o Bad Religion no tiene precio, solo por eso todo el mundo debería probarlo.
La prensa recibió con entusiasmo al juego en su versión de Dreamcast, siendo muy elogiada por la calidad de la conversión. Los usuarios de la consola respondieron muy bien y el juego obtuvo unas ventas estupendas. Por desgracia, Sega estaba ya inmersa en su crisis financiera y tuvo que vender los derechos del juego a Sony y a Nintendo, pudiendo estas compañías lanzarlo al mercado en Playstation 2 y Game Cube respectivamente. Ninguna de estas dos versiones tuvo el reconocimiento que obtuvo la original de Dreamcast.
El título se convirtió en saga, y prueba de ello es que ha tenido en 15 años cuatro juegos más. Crazy Taxi 2, lanzado para Sega Dreamcast también, Crazy Taxi 3 para Xbox y PC, Crazy Taxi: Catch a Ride para Game Boy Advance y Crazy Taxi: City Rush para iOS.
Hay que conocer el original. Muchísima diversión, mucha rejugabilidad, y encima con una banda sonora impresionante que muchos juegos de conducción querrían. Un título que no puedes dejar de probar.
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